domingo, 19 de febrero de 2017

LOS HOMBRES DE PUTIN



Los hombres de Putin: ¿quién protege al presidente ruso?

31 de mayo de 2016 EKATERINA SINÉLSCHIKOVARBTH
En Rusia se ha sustituido al director del Servicio Federal de Protección, encargado de proteger la vida del presidente. Pero esta no es la única misión del departamento. RBTH ha averiguado qué les está permitido a los servicios más secretos de Rusia.
Vladimir Putin
El presidente Putin llega a Viena para participar en una ofrenda floral en el monumento a los soldados soviéticos que liberaron la ciudad. Fuente:Maxim Shemetov / TASS
No hay ningún otro departamento de las fuerzas del orden rusas más confidencial que este, lo único que se sabe acerca de su actividad es mera suposición. Se sabe que el Servicio Federal de Protección (FSO por sus siglas en ruso) es poderoso, multifuncional y extremadamente secreto.

No existe ninguna información sobre sus operaciones ni ningún informe público.

Durante 16 años su director ha sido el general del ejército Evgueni Múrov, antiguo amigo de Vladímir Putin y, como el presidente ruso, exagente de las fuerzas de seguridad de Leningrado.
El jueves 26 de mayo el presidente despidió a Múrov y nombró a su adjunto, Dmitri Kóchnev, como su sucesor. El despido de Múrov se debe a que este había superado la edad permitida para ser funcionario del Estado.
Sobre el nuevo director del departamento se sabe muy poco. Kóchnev es un hombre sin biografía: en las páginas web del Kremlin y el FSO no existe ni na palabra sobre él. Lo único que se sabe es que desde finales de 2015 dirige el servicio de seguridad del presidente, que forma parte del FSO. Pero, a pesar de la confidencialidad, sobre la organización que dirige ahora se sabe algo más.

El cuerpo número uno

Vladímir Putin. TASSTASS
El FSO tiene sus raíces en una de las direcciones del KGB, un órgano de la época soviética que tenía con unas competencias extremadamente amplias. Esta dirección se encargaba de la seguridad de los cargos del gobierno más importantes, del mismo modo que el FSO en la actualidad.
Desde hace 15 años corren rumores acerca de que para los eventos más arriesgados (como la ocasión en la que el presidente se sumergió en un batiscafo hacia las profundidades del Baikal, o cuando se subió en un caza), los agentes del FSO utilizan a un doble de Putin.
En ocasiones los agentes de los servicios de protección visten trajes negros y llevan pinganillo, mientras que en otros casos visten de paisano y se mezclan entre la multitud. Este servicio contrata a los hombres de mayor confianza, aunque algunos de ellos no han logrado resistir la tentación de hacerse selfies desde su trabajo y colgarlos en las redes sociales: la prensa se ha hecho eco en repetidas ocasiones de este tipo de fotos, así como de la información personal de algunos de los miembros de seguridad del FSO. Estos agentes no solo protegen al presidente, sino también a los jueces, a testigos y a otro tipo de profesionales, así como algunos edificios del gobierno como el Kremlin o la Duma Estatal. Sin embargo, esta es solo una de sus muchas tareas (y posibilidades).
Durante el mandato del general Múrov, el FSO ha luchado con uñas y dientes para obtener nuevas competencias y el estatus de departamento de servicios especiales más importante de Rusia contra su principal competencia, el Servicio Federal de Seguridad (FSB).

Estadísticas sociológicas para el presidente

Vladímir Putin. TASSTASS

El FSO puede llevar a cabo todo tipo de operaciones de investigación, realizar escuchas y abrir correspondencia privada, detener a ciudadanos, registrar viviendas y confiscar vehículos.

Al ser responsables de la seguridad de los edificios estatales, los agentes del FSO responden también de las calles en las que se sitúan estos edificios. Una de cada 12 calles de Moscú se encuentra bajo su control, y generalmente se suele recopilar un dossier de información sobre los “afortunados” que viven en ellas.
Al mismo tiempo, el FSO lleva a cabo estudios sociológicos de la población. Evidentemente, confidenciales. Esta información se recoge para el gobierno y se cree que el presidente, el Consejo de Seguridad y el gobierno se basan en ella a la hora de tomar decisiones y de valorar los índices de popularidad de los líderes de partidos y de la oposición, así como la situación socioeconómica en las regiones.
Una de las últimas ampliaciones de sus funciones fue la creación y el desarrollo del segmento ruso de internet para los funcionarios públicos. Este departamento se encarga ahora de la protección de sus canales de comunicación cifrados.

LA SEGURIDAD DE BARACK OBAMA

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Por Guido Olimpio

WASHINGTON.- "El Renegado" es una presa muy codiciada, y por lo tanto necesita protección extraordinaria. Y no está dicho que eso sea suficiente. "El Renegado" es el nombre en clave utilizado durante la campaña presidencial por el Servicio Secreto, oficina encargada de velar por la seguridad de candidatos y presidentes, para referirse a Barack Obama. Clientes difíciles de proteger, pues el contacto directo con sus partidarios es como un imán para cada loco suelto que anda dando vueltas por Estados Unidos.

Desde el primer día de la campaña electoral, el dispositivo destinado a garantizar la seguridad de Obama fue "presidencial", pues era el mismo reservado a George W. Bush. Por su lado, Hillary Clinton y John McCain debieron conformarse con un número bastante inferior de ángeles guardianes. Un esfuerzo que en los primeros meses ya les había costado 110 millones de dólares.

Como primera medida, el Servicio Secreto reforzó eso que llama "la burbuja", una serie de círculos concéntricos de defensa. El primero es el círculo interior más cercano. Si el nuevo presidente se acerca a la multitud, seis agentes forman un "diamante" para rodearlo. Los dos de adelante escrutan las manos extendidas de la gente, dos más van a los lados y otros dos le cubren las espaldas. Otros agente ubicados a mayor distancia rastrillan con la vista el "campo", o lugar donde se realiza el evento, sin perder contacto con los tiradores apostados y los vigías armados de poderosos binoculares.

Si el auto de Obama queda atascado entre el gentío, le abre paso la policía local, seguida por gigantescas 4x4. La primera camioneta va ocupada por un grupo de hombres fuertemente armados, que por lo general dejan la puerta posterior abierta para poder actuar de inmediato en caso de riesgo. Cuando Obama asuma el cargo, se agregarán al cortejo un vehículo de comunicaciones y otro preparado para enfrentar ataques no convencionales. El convoy en su conjunto formará, de hecho, una burbuja móvil destinada a la defensa del Cadillac Uno, un mastodóntico modelo DTS 2006.

Su coraza de titanio, acero, aluminio y cerámica resiste no sólo ataques con ametralladoras sino también de lanzagranadas.

Para engañar a eventuales atacantes, el Servicio Secreto puede usar varios iguales en un mismo convoy. Ni bien se puede, el vehículo que lleva a Obama se introduce en el garaje del edificio donde lo esperan, de modo de ofrecer menos oportunidades a un eventual asesino. Aunque invisibles, las tareas de inteligencia e investigación previas son determinantes, especialmente en estos tiempos.

Los federales temen a los terroristas de Al-Qaeda, pero más miedo tienen de los neonazis, de los extremistas blancos y de algo peor aún: los cuentapropistas, esos lobos solitarios que declaran la guerra al estado y creen poder destruirlo eliminando al comandante en jefe.
 

500 amenazas 
Durante la campaña, el FBI examinó más de 500 amenazas de muerte contra Obama, 100 de las cuales tenían motivaciones raciales. En dos ocasiones se llegó al arresto de algunos sospechosos, ambiciosos pero afortunadamente de escasos recursos, que soñaban con asesinar al entonces candidato.

Las autoridades desestimaron la seriedad de las amenazas, pero de todos modos anticipan algo que podría suceder. Por lo tanto, las fuerzas de seguridad han comenzado ya hace un tiempo a infiltrarse en los grupos más radicalizados con la esperanza de interceptar a tiempo información sobre posibles atentados.

También están bajo vigilancia las asociaciones extremistas fanáticas de las armas: la última semana, explotaron las ventas de armas por el temor a que el nuevo presidente imponga restricciones a su tenencia y portación. Y en un país donde ya circulan más de 200 millones de armas de fuego de todo tipo (desde revólveres hasta fusiles Kalashnikov), no es tema de risa.

Cuando Obama reciba las llaves de la Casa Blanca, para los 007 será más fácil protegerlo, pero por ahora deben arreglárselas. Cada vez que Obama sale de su casa para ir a su oficina en el centro de Chicago, los agentes tienen doble trabajo. Si el senador quiere regalarse un partido de básquet con sus amigos, habrá controles estrictos y rastrillaje del gimnasio, desde la cancha hasta las duchas.

Pero los mayores esfuerzos de seguridad se concentran sobre su residencia de Hyde Park Boulevard, en Chicago, una casa rodeada de mansiones y a pocos metros de la sinagoga más antigua de la ciudad, en una zona muy transitada. Desde ayer se cerraron algunos tramos de calle y se instalaron puestos de control, barreras contra ataques suicidas y cámaras de vigilancia.

El Servicio Secreto y la policía han puesto en funcionamiento el "filtro", una red destinada a reducir al mínimo el tránsito frente a la vivienda y verificar los antecedentes de los habitantes de la zona. Dieron vuelta el área como una media en busca de cualquier elemento sospechoso. Por ahora, el único que puede acercarse hasta la puerta de Obama es el cartero.